Vector X – Luis Antonio Vidal @vidal_38


«Después del niño ahogado, el pozo tapado», dice la conseja popular por la tardía reacción para prevenir una desgracia. Con tapar el pozo no se devolverá la vida al pequeño ni se secarán, jamás, las lágrimas de los padres.

En otros casos, los gobiernos prometen aplicar, en discurso de hermosa retórica, todo el peso de la ley contra quienes han cometido actos infames. Ni las violaciones ni los asesinatos, juran por lo sagrado de sus vidas, quedarán impunes. Pero la promesa de hacer justicia tropieza con la histórica verborrea de siempre, salvo muy contadas ocasiones. Palabras y más palabras.

Sacude a la sociedad tabasqueña un horrendo crimen ocurrido recientemente en el fraccionamiento POMOCA. Una bestia inhumana se ensañó con una joven señora embarazada. Ya iniciaron, por supuesto, las investigaciones para detener al culpable quien, según se sabe, desempeña el oficio de «pochimovilista» pirata, cuyas particularidades nadie conoce porque trabajaba en la ilegalidad, pero a la vista de todo mundo.

Por las narices de la autoridad se pasean por Tabasco taxis, combis y pochimóviles piratas. Van y vienen en absoluta impunidad. En los taxis asaltan a los pasajeros, y en estos triciclos con motor asesinan. Nada frena la delincuencia.

¿También se emprenderá una investigación a fondo para castigar a los funcionarios responsables de permitir la operación irregular de las unidades irregulares?

La SCT no mueve un dedo, tolera el desorden, lo fomenta. En el gremio se cuenta que cada transportista pirata paga una jugosa tarifa a los funcionarios, una mochada pues, para circular libremente. No se entiende de otra tanta complicidad. Mientras unos lloran a sus finados, otros cuentan los billetes malhabidos. Justicia, sólo la de Dios.
LA MORRALLA

En la Secretaría de Salud también juegan con la vida. Desde hace semanas dejó de funcionar el tomógrafo del hospital Rovirosa. Una raya más al tigre *** Ex colaboradores de Granier ya operan para MORENA *** Hasta el domingo.


 

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