Vector X – Luis Antonio Vidal @vidal_38


Inversiones como la refinería en Dos Bocas y el traslado de las oficinas de la Secretaría de Energía a Villahermosa son para dibujarle una sonrisa a cualquier tabasqueño.

Empleos, desarrollo inmobiliario, en fin, la derrama económica en diversos sectores prende la vela de la esperanza en el edén demolido por la corrupción de gobiernos y decisiones centralistas como la disminución de participaciones federales y el desmantelamiento de Pemex.

Agréguele otros condimentos al mejurje de la ilusión: nuevas tarifas eléctricas justas y luego el borrón y cuenta nueva para los deudores de energía eléctrica. Chulada.

Pareciera al fin la diosa fortuna congraciarse con los tabasqueños con la vara mágica del poder presidencial en manos de Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, la gente hace cuentas, sueña y abriga un futuro de mejores condiciones económicas locales para combatir entre otros males, dicen los expertos, una de las causas de la delincuencia tan imparable como dispersa.

Pero antes del resplandor, del resurgimiento de la presunta bonanza, hoy la realidad no es distinta a los meses anteriores a la elección del uno de julio.

De aquí a diciembre, la crisis financiera de las instituciones estatales podría generar inestabilidad social. El gobierno vive al borde del colapso. No se paga a tiempo a proveedores ni al personal. En el sector salud, por ejemplo, se atiende al ciudadano en condiciones de miseria.

Hace unos meses, Arturo Núñez prometió que su administración no terminará como la del químico Granier. Sin embargo, la parálisis de las finanzas estatales pinta para algo peor.

En vísperas de asumir el cargo en 2013, Núñez apeló a la ayuda del presidente Peña para rescatar, al sector salud tabasqueño. Se inyectaron recursos anticipados en diciembre de 2012.

¿Intervendrá el gobernador electo Adán Augusto ante AMLO para aventarle un salvavidas financiero al gobierno de Núñez?

Cualquier simplista podrá argumentar que Peña será presidente hasta el uno de diciembre. Sí, pero quien ya manda en el país se llama Andrés Manuel.


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